sábado, 24 de septiembre de 2011

Fernando Sicario

Fernando Vallejo recibirá en pocos meses el Premio "Juan Rulfo" de Literatura, ahora renombrado Premio Feria Internacional del Libro de Guadalajara en Lenguas Romances, en la próxima edición de esa cita literaria. Es un autor nacido en Medellín en 1942 y nacionalizado mexicano en 2007 que lleva mucho tiempo dando que hablar por varios motivos: su defensa a ultranza de los derechos de los animales, la estrecha relación entre ciencia y literatura que ha establecido, su crítica despiadada de las religiones, especialmente de la la católica, su literatura sin concesiones...

No es ni muy mediático ni alguien apegado a camarillas o grupos literarios. Es un "loner", un hombre que camina solo en el mundo de la literatura, y que escribe maravillosamente. Un ejemplo de lo anterior es quizás su libro más conocido, "La Virgen de los Sicarios" (1994), llevado al cine por el francés Barbet Schroeder en 2000. Me ha impresionado sobre todo una parte del libro: la del perro moribundo que ha caído en un canal de aguas negras de Medellín y es rescatado por Fernando y Alexis. Es de una crudeza brutal, un momento-bisagra, de esos que cambian el sentido del libro y lo hacen precipitarse al abismo, con enorme dramatismo. La situación del animal anticipa el sufrimiento de los dos animales humanos que le auxilia y pone al descubierto cuán parecido puede ser el sufrimiento de uno al de los otros.

Finalmente es quizás uno de los libros con los cuales más he entendido del sinsentido de las ciudades lationamericanas, sobrepobladas, divididas en barrios estancos, retrepadas en la montaña, con una violencia azarosa a menudo que no obedece a razones sino a apariencias, como el destino de una bala perdida, que igual mata al bebé, a su madre, al hermano o al amante propio, sin dejar ni una grieta, ni un resquicio a la lógica o a las justificaciones.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Cinco siglos machacando lenguas

Ciudad de México es un lugar inmenso. Hoy tristemente apenas un centenar de personas asistieron al IV Encuentro de Lenguas en Peligro organizado en la capital mexicana. Fueron cuatro ponentes de Argentina, Brasil, Chile y México que, cada uno con sus sociedades como referencia, hablaron de un drama común: la desaparición de lenguas indígenas.

Contaron cómo hay lenguas en el mundo habladas por una o dos personas. Más que "hablantes" eran "reconocedores" de las mismas, gente capacitada para entenderla, pero incapaz de utilizarlas porque las lenguas usadas por tan poca gente pierden su sentido social, su función comunicativa para una comunidad.

Aprendí que en México prefieren no hablar de "lengua" sino de familias lingüísticas ya que de once familias derivan 68 agrupaciones y 364 variantes. En Argentina se niegan a darlas por extinguidas, y en Chile animan a que los hablantes se adueñen de las redes sociales para ayudar a que sobrevivan.

Finalmente en Brasil el especialista Aryon Dall'Igna contó cómo en ese país puede haber en estos momentos entre veinte y treinta grupos indígenas con los que aún no ha entrado en contacto el ser humano "civilizado" y que, en contraste con los que se hacía antaño, expediciones para dar con ellos, ahora se prefiere dejarles vivir en paz, sin interferir en sus vidas. ¿Un nuevo derecho humano? El derecho a no ser perturbado por la civilización, la globalización y sus taras...

martes, 20 de septiembre de 2011

Alberto Manguel: hay que aprender a leer con libros de papel

Con matices, pero ciertamente Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) no cree en que las nuevas tecnologías aplicables a la lectura nos hagan más sensibles ni mejores lectores. Ciertamente pone el listón alto al hablar del "arte profundo de la lectura", que distingue de la que se hace de manera apresurada, para recabar información o en busca de los datos. Sí es una lectura para la cual los medios electrónicos facilitan conseguir lo que buscamos, pero esa lectura no es un arte.

En México, donde hoy a participado en el I Simposio Internacional sobre el Libro Electrónico, ha lanzado dos mensajes, uno crítico con la introducción del libro electrónico en el proceso de aprendizaje de la lectura, y otro más hondo de respeto y admiración hacia el movimiento de los indignados.

Un pensamiento crítico y estimulante, un bálsamo en estos tiempos en los que estamos acostumbrados a que nos pase por encima el rodillo de los hechos consumados.