lunes, 7 de marzo de 2011

Presunto culpable, K.O.

Dos abogados mexicanos han lanzado un documental que desnuda las carencias del sistema de justicia mexicano. Un joven, Antonio Zúñiga, "Toño", es víctima de una falsa acusación de homicidio y condenado a veinte años de cárcel.

Los abogados, Layda Negrete y Roberto Hernández, meten las cámaras en el juicio y lo graban. Si bien la Constitución mexicana garantiza que los juicios sean públicos, este ha sido todo un escándalo porque el acusado "Toño" es víctima de las incompetencias del juez, de la fiscal y de un sistema de justicia pervertido y absurdo, basado en expedientes escritos y sin apenas importar la vista oral.

Las fallas del caso, detectadas a tiempo, permitieron montar una defensar firme para Toño y sacarle... tras cuatro años en prisión. El documental llevaba dos semanas en cartelera pero una juez ha logrado su suspensión provisional porque el único testigo del caso, que acusa falsamente a "Toño" y que era menor en el momento del juicio, jamás dio su consentimiento al uso de su imagen y se dice perjudicado. Lleva razón, pero la juez anula con su proceder la difusión a una película que pone en evidencia a todo un sistema de justicia, el mexicano, que hace agua por los cuatro costados.

No es el único juicio amañado, pervertido, viciado, que ha habido en México. Muchos se desconocen, otros como el de la francesa Florence Cassez, condenada a 60 años por secuestro, están seriamente cuestionados. No pongo la mano en el fuego por el sistema penal de este país, ni por un documental que contiene un par de fallos graves en su elaboración pero que encierra un mensaje fundamental: la democracia mexicana está pervertida por un sistema de justicia que no es creíble ni justo, que la pone en peligro y que tiene que cambiar ya. Fin a las simulaciones.

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