miércoles, 31 de diciembre de 2008

Murakami Haruki: "He estado escribiendo mucho con el propósito de conocerme pero he avanzado muy poco"

Murakami Haruki (Kioto, 1949) es un novelista japonés con amplio reconocimiento. Hace poco leí una entrevista de Hachette Filipacchi en la revista "Qué leer" que reprodujo el suplemento "El Ángel", del diario mexicano Reforma.
En ella Haruki cuenta que el propósito de su actividad como literato es saber quién es y qué hay dentro de su cabeza. Fue un gran viajero pero actualmente vivie en Tokio y tiene una vida muy rutinaria, en calma: "Madrugo, corro, escribo, cocino, voy a partidos de béisbol, leo, me acuesto temprano...". Una de sus aspiraciones es "permanecer en el anonimado, poder viajar en el metro de Tokio sin que me reconozcan".

Del estilo de Haruki, un admirador de Fiodor Dostoyevski, el propio autor confiesa que "ritmo, armonía e improvisación" son tres elementos que busca siempre en sus novelas, a las que dedica entre tres y cuatro horas de su día. Cada jornada escribe una cantidad de páginas muy simillar, "y puesto que soy mi primer lector, necesito desconocer lo que va a ocurrir, si no resultaría aburridísimo".
Convencido de que por encima de todo las buenas historias son la esencia de la literatura, confiesa que empezó a escribir porque le apetecía hacerlo y que cada uno de sus relatos surge de algún lugar que desconoce, en las profundidades de su ser.
Finalmente comenta algo de los japoneses. Se confiesa no nacionalista pero al mismo tiempo admirador de un pueblo que tiene "una alta concepción de la decencia, trabajan duro y son muy organizados". No obstante a menudo los considera demasiado exigentes y algo sofocantes...

Entre su obra, publicada en español por Tusquets, destacan "Tokio Blues", una novela de enorme éxito que en su país tituló "Norweyian Woods" (Bosques noruegos), "Al sur de la frontera, al oeste del sol", "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", "Sputnik, mi amor", "Kafka en la orilla" y "After Dark".

martes, 30 de diciembre de 2008

"Gomorra", de Roberto Saviano

Mi última lectura de 2008 ineludiblemente me sirvió para trazar un paralelismo entre Italia y México. Este país terminó el año con más de 5.600 asesinatos, muchos de ellos relacionados con el crimen organizado. Fue el "año terrible", el más violento y el de la "guerra contra el narcotráfico" de Felipe Calderón.
No creo en soluciones mágicas, menos en las que no consideran a la gente y la menosprecian. México no está cambiando todo lo necesario y puede haber abusos de la autoridad legalmente establecida contra la gente. Pero dejar ir a una sociedad entera porque sí, que es el modelo del viejo Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del gobierno fallido de Vicente Fox, sería un error mayor aún.

Saviano cuenta en su reportaje periodístico, el mismo que le ha costado la libertad, lo que sucede cuando no se lucha contra la hidra de mil cabezas. Creo que México lo está intentando pero necesitará de mucho coraje social, de más justicia, de menos desigualdad y privilegios para que la acción contra la violencia tenga éxito. En el fondo ¿ante qué estamos? Ante un intento de combatir una de las muchas injusticas que encierra este país en el cual, como dice el tópico, se encierran "muchos Méxicos".

Del libro de Saviano, excelente, recomendable para dar idea de lo que es e implica la criminalidad organizada, me quedo con un momento: Página 300, el drama de una mujer que rindió testimonio contra un "killer" y cuya suerte cambió a partir de entonces porque ni su familia, ni el prometido ni sus otros amigos estuvieron a su altura para valorar el heroísmo y despreciar la violencia de la "Camorra".

jueves, 18 de diciembre de 2008

Las dos vidas de Ingrid Betancourt

La ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ingrid Betancourt, visitó hoy la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Es una católica practicante, una mujer de fe y una creyente profunda. Tenía los ojos llorosos al llegar al recinto. Impresiona ver la fortaleza y la paz que destila una mujer que ha pasado más de seis años abandonada en la selva, con sus captores como únicos seres vivos de referencia, una relación viciada.

En España ocurrieron durante años secuestros dolorosos como parte de la lucha armada de la banda terrorista ETA. Incomprensible. Al ver a Ingrid hincada ante el altar de la Basílica, rezando con un rosario entre las manos pensé qué distinto tiene que ser el mundo para una persona que pasó seis años cautiva, que casi muere, y que repentinamente vuelve a la vida.

Su mirada estaba un poco perdida. Era emoción y admiración a la vez. Es una persona que se está reconstruyendo, que vivió dos vidas, no como la mayoría de nosotros, que nos conformamos con la que tenemos. Ella no, hubo un antes y un después de su secuestro que la marcaron para siempre...

viernes, 12 de diciembre de 2008

Lobo Antunes, chateando...

Tiene 66 años y una vida escribiendo. Era médico pero una guerra de descolonización en la que participó a los veintitantos le transformó. Fue la estrella de la XXII Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), cita anual imprescindible para tomar el pulso al mundo de las letras en América Latina. Y allí esta Lobo...

Le tocó dar el discurso inaugural, estar con 1.000 jóvenes (http://www.fil.com.mx/prensa/pren_mbol.asp?id=762), uno de los eventos más ricos y sinceros para los autores, y explicar buena parte de los modos que le han servido para esculpir su obra. Dijo que "un verdadero escritor es un hombre que anda entre la basura procurando cosas que otros no quieren”, y que tuvo miedo de dejar su profesión de médico para dedicarse con cuerpo y alma a las letras.

Siempre, en los años que he pasado por Guadalajara, me di cuenta de que por obra y gracia de la FIL hasta los escritores más rocosos y celosos comparten generosamente algunas de las maneras que tienen de enfrentarse a la literatura... La cercanía con el lector es esencial, el alma quizás de lo que ocurre en Guadalajara.

Este año, alejado de las cámaras y de los reflectores, un Lobo Antunes generoso, entregado al estilo de la FIL, dedicó un rato a chatear. Parecería un rato menor, un momento de poca monta en medio de un circo de emociones y espectáculo pero, quien lo vio, cuenta que posiblemente fue la primera vez que lo hizo.

Con las precauciones del primerizo señalaba qué pregunta quería contestar y lo hacía, delante de la computadora. Dosificó sus respuestas, fue selectivo pero generoso al mismo tiempo. Escribió como un principiante otra vez, como el autor que hasta los 37 no publicaba nada y que, a golpe de paciencia, orgullo y soledad, terminó describiendo los dramas del ser humano.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Silvia Vargas, hallada sin vida quince meses después de su secuestro

La joven de dieciocho años Silvia Vargas fue secuestrada el 10 de septiembre de 2007, hace quince meses. La negociación de su rescate se empantanó y los padres de la criatura han pasado todo este tiempo sin noticias de ella hasta que las autoridades, por el testimonio de un delincuente encarcelado, dieron con su cadáver. Hace pocos días encontraron unos restos humanos en una vivienda del sur de Ciudad de México, enterrados en un hoyo frío. Esa fue la impresión que me dio al verlo. La Fiscalía mexicana confirmó hoy que eran los de la joven, tras hacer un pésimo manejo mediático de la situación, adelantando públicamente que tenían el cadáver de una joven pero sin saber aún si eran los de Silvia.

La noticia me dejó helado, especialmente porque la familia Vargas ha pasado estos quince meses destrozada y, al fin y a la postre, lo que están recibiendo es el cadáver de un ser querido. Ninguno de los secuestradores ha sido atrapado...

México, un país con millones de personas de bien, no se merece esto. Esta es una cultura con cosas hermosas, como esa relación festiva con la muerte, difícil de entender en otros lugares, su fácil aceptación del extraño o extranjero, su alegría, pero también una sociedad que maltrata y desprecia la vida en muchas ocasiones. ¿Cómo fue posible que la mataran y pusieran a sufrir a la familia? ¿Cómo, que las autoridades hayan tardado tanto en avanzar en el caso? ¡Qué indignante que una banda de secuestradores pueda acabar con la vida de una joven simplemente porque no se llegó a un entendimiento en el tema del dinero con los captores! ¡Qué desprecio por esa vida como por tantas otras!

El padre de la joven, Nelson Vargas, fue presidente de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), una especie de ministerio mexicano del ramo. Si no fuese por eso el caso habría pasado posiblemente mucho más desapercibido... Lo peor del mismo es que destapa una sociedad desigual y dispareja, donde unos quieren vivir en paz pero otros buscan el dinero fácil, el crimen como vía de enriquecimiento y el desprecio total por la vida y las normas mínimas de convivencia.