domingo, 19 de junio de 2011

Una novela colombiana de generación

Colombia tuvo una reacción moral tardía al fenómeno del narcotráfico, explica Juan Gabriel Vásquez, quien acaba de pasar por México para presentar su novela "El ruido de las cosas al caer" (Alfaguara, 2011). Un escritor joven y que abandonó su país hace doce años ha marcado distancias con muchas situaciones de las que allí vivió, por eso quizás la necesidad de reconectar con los de su generación, y explicar cómo vivieron con una violencia que heredaron.

No estaban al tanto de lo que ocurría, convivían con todo aquello entre silencios y misterios, desnudando poco a poco secretos sobre la vida de sus seres queridos, sus fortunas, sus miedos... Es sin duda una novela más de emociones que de historia, pero hunde sus raíces en el desgobierno del momento, en el azar, en la falta de explicaciones de muchas cosas que nos rodean y el desengaño de que los adultos podrían tener más control de sus vidas entonces, en esa etapa de sus vidas.

Anoche, horas antes de terminar la novela, encontré en televisión la película "Rosario Tijeras", basada en la novela de José Franco, la historia de una caída en desgracia, de una mujer mítica destrozada por la violencia. Ella misma respondió con una violencia exponencial a las agresiones, violaciones, desprecios, que había recibido durante su vida. Y pagó con la vida, a mano de un examigo, sus crímenes.

Vásquez está un poco decepcionado de que la prensa le pregunte por el hoy de Colombia, que por los artilugios del libro. Pero la narración está aún caliente, la sangre sigue fluyendo, su país vive en el azar de la violencia y el drama que comporta. Serán varias generaciones las que deban pasar hasta sanar una herida abierta que sigue fluyendo, que muchos colombianos no se pueden permitir el lujo de observar como algo que no les afecta, que es ajeno a ellos, o que pasó. Son violencias que marcan para siempre, heridas que duran muchos, muchos años en cicatrizar.

No hay comentarios: