lunes, 25 de mayo de 2009

El poeta que me enseñó lo que era la tortura

Cuando se habla de literatura se cree que los poetas escriben sobre todo para gente culta. Sin embargo hay muchas excepciones a esa regla, una de ellas el uruguayo Mario Benedetti. Dicen que hace unos años cuando vino a México la gente que no cabía en el Palacio de Bellas Artes para escucharle se sentó en las afueras del portentoso edificio porfiriano y escuchar el recital de Benedetti. Un lugar que sólo se usa para ocasiones especiales quedó entonces ampliamente rebasado.

Reconozco que no he leído lo suficiente a Benedetti como para entrar a detalle en su obra pero sí confesaré algo: ha sido el escritor que me ha enseñado de forma más auténtica lo que debe ser la tortura.

"Pedro y el Capitán" (1979) es un relato corto, con forma de obrita teatral, que en cuatro tiempos relata el interrogatorio a un desaparecido. Lo que en principio tendría un final harto previsible se revierte y el torturador cae en un proceso en el cual queda a merced del torturado, que responde a cada desafío con silencio, con imaginación y con el convencimiento de que no pierde el hombre que desaparece, sino aquel a quien su conciencia no le deja descansar en vida. Una joya, un reflejo de una parte histórica de las dictaduras sudamericanas. Trasladable a cualquier otra, por supuesto...

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