lunes, 8 de marzo de 2010

Dilema papal

Supuestos hijos de Marcial Maciel (1920-2008) han emprendido en México una tarea difícil. Denunciaron públicamente que fueron abusados por su padre, ya fallecido, y responsabilizan a los Legionarios de Cristo, de no haberles compensado por ello. Es un momento complicado, un caso deligado para una congregación que fue de las preferidas de Juan Pablo II y que el actual papa, Benedicto XVI, vigila con lupa.
Un grupo de especialistas cree que el caso que afecta a representa un enorme reto para Benedicto XVI que, de no ser resuelto adecuadamente, podría ensuciar su papado, dijeron varios especialistas en la congregación.

El sociólogo mexicano Fernando González, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que en 2006 Benedicto XVI intentó hacer de Marcial Maciel "una especie de tumor perfectamente recortable" para "dejar incólume a la Legión de Cristo", algo que fracasó con la aparición de los supuestos hijos del fundador. José Raúl y Omar González Lara, explicaron la semana pasada que Maciel abusó de ellos "durante ocho años" cuando eran pequeños, una vuelta de tuerca más a un caso que ha ganado en presión y complejidad con el paso de los años.

González cree que Benedicto XVI es "uno de los cómplices mayores" de la congregación pero "puede quedar como un héroe" si tiene éxito haciendo una labor parecida a la realizada en Irlanda. En ese país el año pasado quedó asentado en dos informes oficiales, el Ryan y el Murphy, que en los últimos 70 años centenares de niños sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes irlandeses, sobre todo en la archidiócesis de Dublín desde 1975 a 2004. Ante los Legionarios de Cristo el Papa debe "calcular si tiene que hacer una cirugía mayor", como e Irlanda, e ir "hacia una tolerancia cero", u optar por otras medidas como la disolución, la destitución del actual director general, Álvaro Corcuera y sus más cercanos, o la puesta al frente de la orden de un superior de otra. Según González lo más difícil para el jerarca católico será no destapar "toda la complicidad de las instancias vaticanas desde 1948", algo que alcanzaría a "obispos y cardenales" de organismos como la Sagrada Congregación de Religiosos, la Sagrada Congregación de la Fe, y la Secretaría de Estado

Las denuncias e investigaciones internas ordenadas por el Vaticano se remontan a los años cincuenta del siglo pasado, cuando un grupo de ex seminaristas confesó que habían sido abusados por Maciel. Uno de ellos, José Barba, catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), explicó recientemente que la inacción vaticana y el ocultamiento urdido desde la congregación impidieron todos estos años "que se haga justicia" y posibilitaron "que mucha gente desilusionada vaya desertando de la orden", fundada en México en 1941. "La gente nunca quiso pensar en que fuera posible que Marcial Maciel fuera un pederasta que sometiera a abusos sexuales a sus propios hijos", agregó en relación con la más reciente revelación.

Para Barba los Legionarios son hoy víctimas de la "soberbia institucional" que han mostrado todos estos años acallando a quienes denunciaron los abusos e intentando desacreditarles. Desde julio pasado cinco obispos han comenzado una inspección del sistema formativo, funcionamiento, de los estados financieros y otros aspectos internos cuya labor está próxima a concluir y que dejará en manos del papa Benedicto XVI el futuro de los Legionarios.

Otra fuente que coincide con las anteriores es el escritor estadounidense Jason Berry, coautor del libro "Votos de silencio. El abuso de poder durante el papado de Juan Pablo II" (2004), el problema del actual Papa es que los Legionarios de Cristo son "una máquina de hacer dinero". Ello hace muy compleja una posible solución porque las decisiones "tienen que ver con propiedades, dinero, líneas de autoridad y toda una historia de cómo la gente (en la congregación) ha sido entrenada", probablemente para el silencio y la ocultación de los abusos del fundador.
Al papa Benedicto XVI Berry le considera "un fundamentalista moral" que tiene ante sí una difícil decisión "política" y "de poder" en la que se juega su futuro una congregación con 800 sacerdotes y 2.600 seminaristas repartidos por dieciocho países.
"No quiero decir que fracasará, espero que no, pero este es un asunto enormemente complejo. La Legión está corrupta y (...) si no termina con la orden como está, y diseña un mecanismo para desmantelarla, seguirá generando escándalos y ello ensuciará su papado hasta el día que muera".

1 comentario:

Unknown dijo...

Alberto, la pregunta fundamental es ¿por qué siguen ahí ahora que saben cómo era Maciel? Creo que hay muchas personas que no se han topado con ningún comportamiento desviado a lo largo de muchos años, que han encontrado allí una vida que les satisface y no ven otra alternativa. Te mando el fragmento de un mail de una mujer consagrada desde hace 25 años y licenciada.

"Estoy luchando desde dentro para que por fin esta obra comience a ser de Dios. Como sabes ahora nosotras vamos a tener una visita apostólica. Creo que los testimonios de ustedes pueden ser muy importantes. Porque son más objetivas que nosotras las que estamos dentro y QUE NO VEN. No hay maldad solo...ceguera e ignorancia."

Escribe esto después de pensar durante años que Maciel era un santo y que todo lo que decían sobre él eran pruebas para fortalecer su santidad. El golpe emocional ha sido demoledor.

No creo que, finalmente, sea el dinero lo que mantenga a la Legión y al R.C. en pie.
En fín, tú eres el periodista, investiga.