martes, 15 de mayo de 2012

El adiós de Carlos Fuentes

Llevo un rato repasando páginas y páginas escritas sobre Carlos Fuentes, un mexicano que dedicó toda su obra a glosar el tiempo y la historia. Hace un mes que coincidimos en un hotel de Ciudad de México donde tuvo a bien otorgarnos una entrevista de varios minutos. Estaba de lo más enérgico, erguido, fuerte. Le robé un minuto de intimidad subiendo las escaleras del hotel, ahí sí, algo desvaído a sus 83 años.

La muerte le encontró hoy, a ese contador de historias increíbles, a ese escritor que dio toda su vida por ideales más allá de los de su país, México, que llevaba en el corazón. Estaba preocupado por la realidad política mexicana, poco promisoria a la vista de las cuatro opciones que hay para la Presidencia de la República en las elecciones del 1 de julio próximo. Fuentes quería un cambio real, y ninguno de los cuatro aspirantes parece poder ofrecer eso. Pero dejemos a un lado la coyuntura.

¿Quién era Carlos Fuentes? Era el escritor mexicano vivo más importante pero también una presencia ilustre en la Feria del Libro de Guadalajara, que se había convertido casi en su casa y así se lo ha hecho saber hoy. Era un hombre sin fronteras, un intelectual accesible y rotundo, con capacidad crítica y memoria, sobre todo eso.

Me tocó perseguirle varias veces para medir siempre el valor de un colega premiado o para recordar a algún escritor que se había ido. En 2009 le entregaron el Premio Cervantes de Literatura al poeta mexicano José Emilio Pacheco. Me enteré del hotel donde estaba y llamé a su habitación. No estaba. Probé suerte con el restaurante y me lo pusieron al teléfono.

Aún no sabía quién le hablaba ni para qué, pero se le oía decir al teléfono: "¿Un periodista español? ¿Será mi amigo Juan, Juan Cruz?". No era quién esperaba, pero sí un periodista desesperado por tener una primera valoración acerca de José Emilio Pacheco sin importunarle demasiado: "Es una gran noticia, la celebro enormemente. Pacheco es el más grande poeta vivo que tenemos en México, uno de los grandes poetas de la lengua castellana en todos los tiempos, una obra impresionante", dijo. Y no hizo falta nadie más.

Ese era el escritor que se ha ido, el creador de Artemio Cruz, de Ambrose Bierce, del mosaico de personajes de "La región más transpartente", que hoy le vieron levantarse sobre ella, y despedirse ligero, un poco de sopetón, dejando a los mexicanos y a millones de lectores con una profunda tristeza...

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