Un joven ecuatorioano protagoniza un milagro: 72 compañeros suyos, indocumentados de El Salvador, Honduras, Brasil y Ecuador, fueron asesinados por el crimen organizado en Tamaulipas (México). Él se salvó, escapó y se encuentra ingresado ya en un hospital de la Marina. Al día siguiente del hallazgo, una foto del chico, dormido, aparece en varios diarios. Entraron los fotógrafos, tomaron la imagen y los medios de comunicación las tomaron. Portadas, imágenes en internet y en diarios, muestran al chico.
Además una fuente oficial ecuatoriana revela el nombre completo y "Freddy" se convierte en blanco de coyotes, policías corruptos quizás, del crimen organizado en México y de posibles bandas estadoundenses, el país donde están los padres del joven. La tía del chico, que tiene 17 años, habla con unos y con otros; la prensa se lanza a conocerle y las autoridades de su país lo convierten en "ciudadano ecuatoriano". El joven herido duerme en la cama de un hospital de Tamaulipas mientras su rostro da la vuelta al mundo.
Si algo le queda hacer a México después de la vergüenza e indignación que envuelven el caso es proteger la vida del joven mientras que los gobiernos, mexicano, ecuatoriano y estadounidense, deciden su futuro. Seguramente "Freddy" cambiará de vida, volverá al anonimato, pero sus parientes vivirán en el mismo lugar que ahora, en su pueblo serán conocidos y quizás hostigados, puede que ajusticiados por criminales. Los tentáculos del "crimen organizado" son largos y el "sueño americano".
viernes, 27 de agosto de 2010
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