Siempre es un enorme placer que un escritor que nos ha conmovido con sus historias sea reconocido. Pocos cuestionaron que lo fuera el 7 de octubre pasado el peruano Mario Vargas Llosa. Son las suyas novelas intensas por lo general, con personajes cincelados, trabajo psicológico, observación, tramas llenas de recovecos por los que se entra y accede a caracterizaciones, connotaciones, matices que funcionan como resortes, que uno toca y permiten el acceso a un aspecto nuevo de la historia. Es un perfeccionista.
Me tocó perseguirlo en los años noventa, en Tokio, cuando se presentaba a la reelección su enemigo político número uno y él estaba invitado a un foro sobre la Trilateral.
En el hotel Okura, un domingo por la mañana sacrificó su receso para el café para atender a un periodista que se le había aparecido como por arte de magia en Oriente. Actuó con naturalidad, fue amable, contestó a todo y se volvió a meter a discutir sus ideas y visiones de Latinoamérica con los que le habían invitado.
Después ya no hemos hablado pero sí coincidido en la Feria del Libro de Guadalajara, el "alma de la cultura iberoamericana" por nueve días, como dice su presidente.
Precisamente una amiga de allí me decía exultante el día del premio que estaba feliz porque premiando a Vargas Llosa se galardonaba "por fin" ... ¡a un escritor que le gustaba! Nos reímos juntos y seguimos hablando de "La fiesta del chivo" quizás...
martes, 19 de octubre de 2010
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1 comentario:
Hace poco, en nuestro club de lectura de Alburquerque leí "travesuras de la niña mala", que tenía algún episodio japonés.
Me gusta cuando le escucho, o veo lo que cuenta de latinoamérica... pero no siempre coincido.
En la entrega del Nobel, hablaba de dictaduras como Cuba, y no sé qué más, incluso nombraba algo así como la deriva dictatorial desde Bolivia.
Supongo que sabrá lo que dice, pero lamento que señalen a algunos tipos que se oponen a los que mandan en el mundo desde la defensa de lo suyo, y no señalen al rey de Marruecos, el régimen de Argelia, Arabia Saudí, Guinea Ecuatorial...
Pero sí, literatura buena.
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