martes, 20 de enero de 2009

Obama: "América debe acompañar una nueva era de paz"

Barack Obama dejó hoy de ser un político del pueblo para convertirse en un gobernante. Se convirtió en el primer hombre de raza negra en asumir el poder en Estados Unidos y volvió a encantar a millones con sus palabras (http://www.nytimes.com/2009/01/20/us/politics/20text-obama.html). Marcó distancias en su primer acto político como Presidente con frases tan contundentes como ésta: "Rechazamos como falsa la elección entre nuestra seguridad y nuestros ideales".

Es una figura singular, admirable en el modo en que alcanzó la presidencia de su país y en cómo quiere organizarse desde ella. No ha tardado en dejar claro que el pasado quedó definitivamente atrás, con errores graves, que atribuye a su antecesor, desde hoy parte de la historia.
"Empezaremos a dejarle Irak a su pueblo con responsabilidad y a forjar en Afganistán una paz ganada con mucho sacrificio", dijo a propósito de las guerras que libra su país. Combatirá el terrorismo pero no a cañonazos sino con inteligencia.

Desde el primer minuto ha reiterado lo que ya hizo en campaña, que en Estados Unidos valen las diferencias, que el juego social auténtico es saber conciliar y convivir: "Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos, hindúes y no creyentes. Nos ha formado cada lengua y cada cultura, llegados de cada rincón de esta Tierra", ha dicho a propósito de las diferencias de fe.

Uno de los evidentes contrapuntos es el del multilateralismo: "Los Estados Unidos de América deben jugar su rol acompañando a una nueva era de paz", ha señalado Obama. Sin olvidarse de África, quizás una de las apuestas de política exterior que van a estar entre las debilidades del político, recordó que a EE.UU. le interesa cambién luchar por los marginados más allá de sus fronteras. "A la gente de los países pobres, os prometemos trabajar a vuestro lado para que vuestras granjas florezcan, y que fluyan las limpias aguas; para nutrir a quienes mueren de hambre y para alimentar sus mentes (...) El mundo ha cambiado y debemos cambiar con él":

Finalmente me llamó la atención algo que no es muy común en el mundo del vértigo en que vivimos. Empresas, líderes y algunos que se dicen visionarios rechazan la experiencia y apuestan únicamente por lo nuevo. Cambiar es destruir lo que existe, no sumar, dialogar, edificar sobre lo que existe sino arrasar primero, denostar después, y más tarde introducir un pensamiento vulgar pero que tiende a ser único. Jerarquías y autoridad. Nunca entendí ese lenguaje y esa forma de actuar.

El nuevo presidente de EE.UU., con todo y su fundamental apuesta por el cambio y la manera de hacer política, declara que hay valores irrenunciables para los suyos: "Nuestros retos pueden ser nuevos, los instrumentos con los que les hagamos frente también, pero esos valores de los cuales depende nustro éxito, honestidad, trabajo duro, coraje y juego limpio, tolerancia y curiosidad, lealtad y patriotismo, esto es viejo. Estas cosas son auténticas. Ellas han sido la silenciosa fuerza del progreso a través de nuestra historia", apuntó. Admirable declaración de intenciones para un primer momento en la Casa Blanca.

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