viernes, 21 de agosto de 2009

Jacinta

Jacinta Francisco es una indígena ñañú a quien acusan de haber secuestrado a seis policías federales en 2006, durante un operativo antipiratería. Su caso es otra "perla" para la justicia mexicana. Una ONG que la defiende, y que goza de bastante credibilidad, dice que se han fabricado pruebas y que el proceso contra ella no ha sido justo. Señalan que se la ha condenado injustamente a veintiún años de cárcel. Lleva tres en San José El Alto, una cárcel de mujeres del estado de Querétaro.

Su familia no se explica nada. Los abogados que la defienden dicen que pobreza, ser mujer e indígena, son los tres elementos que la convirtieron en carne de cañón en un México cada vez más injusto.

El caso lo ha tomado Amnistía Internacional (http://alzatuvoz.org/jacinta/) y está promoviendo su liberación. Depende de la Procuraduría General de la República, la fiscalía mexicana que se ha convertido con los años en una de las instancias más autoritarias del Gobierno mexicano. Sigue pendiente en ella transparentar procesamientos, investigar de verdad los casos y dejar de arrestar a gente, mantenerla semanas en detención preventiva ("arraigo") y a veces condenarla sobre la base de falsos testimonios o de testigos protegidos. En México a las autoridades les gusta decir que algo cambió, sobre todo desde 2000, pero este caso es una prueba de que sigue habiendo una verdadera manipulación en lo que a hacer justicia se refiere. ¡Saquen ya a Jacinta!

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