América Latina se está calentando. Al menos es sería lo más destacado del informe de la ONU "Objetivos de Desarrollo del Milenio: avances en la sostenibilidad ambiental de América Latina y del Caribe" , que alerta sobre tasas de deforestación galopantes, superiores en el doble a las mundiales.
El tema no es baladí. Va a ser uno de los que estén seguramente en el centro de las discusiones sobre cambio climático de la próxima Cumbre de la ONU sobre el asunto, la que se desarrollará del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún (México).
México ha acogido otras conferencias de este tipo en el mismo destino. La gran ventaja para el anfitrión será la facilidad para aislar la zona de las discusiones, el palacio de Congresos, de los globalifóbicos debido a las características que tiene la zona hotelera de Cancún, un corredor largo y estrecho, lleno de grandes hoteles de grupos turísticos internacionales, a los que no se puede acceder más que por una carretera que es sencilla de estrangular. Lo sustantivo de la cita quedará para otro momento pero por ahora advertir que esa cumbre será un búnker en el que habrá muy poca presencia operativa de la sociedad civil...
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