Élmer Mendoza es un escritor sinaloense amable, culto y aterrizado. Ese último calificativo se usa en México para describir a aquellas personas que tienen los pies en la tierra, que conocen a la gente, que son capaces de mirarles a los ojos y de entender su corazón. Élmer tiene esa capacidad desde hace años. En 2005 le entrevisté por primera vez y le he seguid de cerca.
Hace casi un mes le entrevisté y a pregunta expresa sobre si se le podía colocar en lo que algunos llaman "narcoliteratura" dijo que no, que los críticos o periodistas que usan esa etiqueta hacen gala de una enorme "pereza mental". La clasificación es endeble, forma parte de una extraña moda en Mexico de asociar todo lo que sucede con el narcotráfico sin ser capaces de entender que la realidad del crimen organizado es más completa y de que es un sinsentido total, completo, atribuir todos los males, carencias e injusticias a una realidad particular, la de los traficantes de droga, sus sicarios y su violencia, como el actual Gobierno ha querido hacer.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Élmer no cree en la "narcoliteratura"
Etiquetas:
Ciudad de México,
crimen organizado,
literatura,
sociedad
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