En el México bronco hace falta luz. Este es un país doblado por la violencia pero no hundido, creativo, siempre lo digo cuando me preguntan, y lleno de gente trabajadora. Hay días que en la diversidad de su caos dejo de creer en él, me quedo pensando cómo es posible que esta sociedad vitalista no sea capaz de "jalar parejo", de mirar con un poco más de cariño a su realidad y hacer por mejorarla. Cuesta hacerles ver a los mexicanos el valor que tiene la obra pública, los esfuerzos colectivos, los consensos.
No ha sido ese el propósito de Javier Sicilia, conseguir una sociedad uniforme, pero sí apostar por el respeto y el perdón en la diversidad. Ha entendido que a México le faltaba honrar a las víctimas de la violencia del crimen organizado y ha salido a hacerlo. Ha perdido a un hijo, Juan Francisco Sicilia, torturado y asesinado por sicarios pero su dignidad de poeta y de persona está intacta. Ahora el mexicano Eusebio Ruvalcaba ha presentado una antología dirigida, quizás también dedicada, al poeta que dejó de serlo. Aún no sabemos si volverá a escribir.
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