Guadalajara (México) se engalanará del 29 de noviembre al 7 de diciembre para celebrar la XXII edición de la Feria Internacional del Libro (FIL), que tendrá a Italia como invitado de honor.
Contra viento y marea, tras un año agitado en la Universidad de Guadalajara (UdG), más de 1.600 editoriales se darán cita nuevamente en la capital de Jalisco.
¿Qué se puede esperar este año? Una excelente organización, un invitado con mucho nivel, Italia, pero que planteará dificultades porque no vienen sus escritores más reconocidos. Además, siempre hace falta una dosis extra de atención y un esfuerzo mayor cuando los invitados no son o proceden de países de habla hispana.
El principal aliciente será probablemente el encuentro Gabriel García Márquez-Carlos Fuentes, que se producirá en los primeros días. También llamará la atención saber cómo van a encarar editores, libreros, bibliotecarios y otros profesionales del libro la crisis que se avecina. Importante será conocer más de Antonio Lobo Antunes, el premiado de esta edición, un escritor complicado pero con temas vigentes y sin duda necesarios: el ser humano en la encrucijada, el sinsentido de la guerra, la experiencia de la pérdida...
De nuevo ese objeto arcaico y aburrido, capaz de transformarse, de seducir y de revolucionar a un ser humano será el protagonista de la FIL, frente a las propuestas más gallardas de lo audio-visual. Nada que se precie en estos últimos soportes es sin un buen guión, sin el poder de los escrito, sin la capacidad de un narrador para contar e imaginar.
Finalmente, un deseo. Que los jóvenes y los nuevos o incipientes lectores sigan siendo los verdaderos protagonistas de una cita sin oropeles, que siempre se gana el corazón de quienes la visitan por la frescura y por su capacidad de convocar a la gente de manera incluyente y festiva.
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