Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México. El periodista alemán Günter Wallraff ha reunido a cientos de jóvenes y adultos. Hemos visto un vídeo llamado "Call center", donde el maestro del periodismo encubierto denuncia los escándalos que se están dando en Alemania con estos negocios del engaño.
Wallraff fue librero pero abandonó esa actividad por el periodismo. Toda su vida trabajó temas relacionados con los abusos contra los trabajadores, pasó por cárceles griegas como preso político, se infiltró en los sindicatos de la poderosa industria del automóvil de su país, y en las cadenas de montaje para denunciar los abusos. Lo sigue haciendo.
Ahora admite que le fallan las fuerzas y que está explorando la posibilidad de crear uan fundación que lleve su apellido y que se esfuerce por fomentar la investigación en grupo, protegiendo la identidad del periodista.
Comienza el turno de preguntas. Una a una van cayendo: "¿Qué te gustaría investigar si estuvieras en México?" Contesta: el narcotráfico y la relación de los poderosos con él. Recomienda a los editores que protejan a quienes están al pie del cañón con estos temas, que publiquen los trabajos bajo seudónimo, que trabajen en grupo.
Le preguntan si siente miedo. Dice que le educaron para ser temeroso y cuidar lo poco que tenía. El periodismo que desarrolló le fue dando confianza y autoestima, construyó un método para investigar que le ha hecho una celebridad en los medios, una especie de paradigma del enemigo de los poderes.
"He llegado a vencer mis miedos acercándome a los poderosos, a quienes les gusta sembrar el miedo, porque los he desenmascarado y los he puesto en ridículo, y porque he descubierto que en realidad son personas inseguras que sólo vencen sus propios temores infundiendo el terror", añadió.
"¿Cuál es el futuro del periodismo, dónde lo ves, dónde está?". Respuesta clara y contundente: "El periodismo debe servir para apoyar a los débiles de una sociedad y ser la voz de ellos". Eso no cambiará por mucha tecnología que modifique las técnicas de la profesión. Es una meta inalcanzable, un ideal que siempre hay que tener presente.
No se mete mucho en política ni da demasiadas pistas de sus métodos pero está convencido de que son los correctos y no van contra la ética profesional. No hay traición a las fuentes: Nadie de aquellos sobre los que ha informado le ha reprochado nada de su forma de trabajar; seguramente sí lo hicieron aquellos a quienes puso en evidencia el autor de "Cabeza de turco", "El periodista indeseable" y otros libros.
Sobre la actual crisis financiera mundial también se pronunció: "El capitalismo rabioso o rapaz llegó a su límite y será sustituido por un movimiento democrático de paz pero que no sea de mayorías empobrecidas intelectualmente".
Al final firmó libros a tutiplén, sin importarle el tiempo que dedicó a periodistas y profesionales de la información mexicanos que vivieron una jornada tumultuosa y divertida, al lado de un gran Wallraff.
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